En consonancia con las épocas semanasantiles en que nos encontramos, voy a hacer acto de contrición y confesar que he pecado. Hoy, hasta este momento, me he saltado el entrenamiento. Es que cuando he llegado a casa estaba negro negrote y amenazaba un tormentón de órdago, así que, qué mas quería yo, me he quedado colgando una lavadora, poniendo otra (esto de ser dos en casa haciendo deporte, genera mucha ropa sucia) y haciendo la comida. Y como cualquier confesión que se precie, según creo recordar de mis épocas parroquiales, conlleva un propósito de enmienda, pues intentaré enmendarme esta noche y salir a correr cuando llegue a casa de trabajar. Si es que no, como dice Serrat, mañana puede ser un gran día.
Besitos y ánimo, que Fuentemolinos 2013 ya está dos días más cerca.
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